lunes, 7 de abril de 2008

La estafa de la percusión. Basta ya.

A ver si se pasa pronto la moda de la percusión.
Siempre que hay alguna manifestación o protesta, salen diez jipis con rastas, andando como embarazadas con sus bombos y tambores. ¿Qué tendrá eso que ver con protestar? ¿El mundo se cambia con bongos, diábolos o haciendo malabares?
A la próxima manifestación que haya me pienso llevar una armónica para dar mal yo también.
Además, cualquiera que no sea un manirroto puede tocar los bongos sintiéndose un iluminado del ritmo. Y lo cansino que es...

No hay comentarios: