Qué recuerdos...

He rescatado este testimonio de un lunes de trabajo becario, y no digo más:

Los lunes de tormenta, los dolores de cabeza de 24 horas, el sueño constante, el horror.
La vista perdida, el pulmón lleno de smog, caladas eternas, horas infinitas, emails que no son respondidos por mujeres que dejaron de pensarnos, que se fueron a la playa, que se liarían con cualquiera, que ni se esperan la de manos que les van a caer por todo el cuerpo, que no valen, que no importan, que no cierran heridas, que a duras penas consuelan, que son vacío e insatisfacción, que les haría un hijo.
El dolor de estómago, transformado en bolsa de petróleo, buscando una salida, un cambio de presión, una veta, explotando liberándose, dejando el cuerpo vacío, yermo y hambriento, de un plato de macarrones cocinados en escupidera maltratada.
Menús del día, holocaustos de nuestro tiempo. Pan incluido. Precios módicos que llevan a la paradoja del hambre. Platos calientes, salsas y mantel con servilleta. Comer, bien vale ser pobre. Clips, celo, grapas, quitagrapas, calculadoras para elefantes, mesas de oficina, bidones de agua y máquinas de aguachirri.
Los músculos del chirri tan ejercitados que evolucionarán en micropenes. La crisis del busto mediterráneo, tan manido y tan poco sobado, comido, mamado, chupado, corrido, mordido, esquilmado, arrasado, sembrado de sal, pasado a cuchillo.
Largas frases en cantonés, miradas indiferentes, frases que pasan, ideas sin voz, ¡dadme más agua por Dios! rotuladores de colores, cartones, papeles, plásticos, fibras de vidrio, cosas chungas.
El sudor de tu frente, nos ha jodido el Supremo Hacedor.
El hombre se enfrenta a la tierra y se humaniza, es lo suyo; se enfrenta a otro hombre (el jefe, el trepa, el cansino, el que te vende, el que habla mal del que no está) y el mundo no vale un convenio justo.
Camino del matadero, el sida en el aire, bajo tierra, como borregos, factores productivos en la cadena de montaje.
Que trabaje quien cobre, mi nulo sueldo es lo que me hace libre.
Que gran proxeneta si tuviera a quien chulear. ¡Villanos mátente!
lunes de agosto... día perfecto para tener un aborto.